June 08, 2023

El fenómeno Multiverse: el software acelera en patentes

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“Procedimiento y sistema para suministrar computación cuántica as a service a una aplicación de hoja de cálculo”. Es el nombre de una de las patentes que tiene registradas la española Multiverse Computing en la European Patent Office (EPO). ¿A quién le puede interesar y lo está incorporando ya, de hecho, como una pestaña nueva en el Excel de muchos de sus profesionales? A la banca, sí. Un algoritmo de inspiración cuántica podría ordenar en un instante la cartera de un responsable de riesgos. Multiverse acaba de dar la campanada al auparse al Top10 de empresas españolas por solicitudes de patente europea, con 16 en 2022.

En realidad, la cosa viene de lejos, esta startup de 10 millones de euros de facturación suma ya 60 patentes, la mitad de ellas las ha registrado en Estados Unidos y la otra mitad en Europa. Sólo hay dos despachos especializados en el mundo, por cierto, en la protección de innovaciones cuánticas, uno en Norteamérica y el otro en Reino Unido, el sector legal tiene que aprender mucho de tecnología para competir en este nuevo escenario.

Multiverse superó el año pasado en patentes a una de las dos empresas del Ibex que aún resiste en ese Top10 nacional, Telefónica, descabalgada ya sorprendentemente Repsol (¿ni siquiera ya 12 patentes al año?). Amadeus mantiene el honor del grupo de grandes cotizadas con 39. Pero el fenómeno Multiverse resulta interesante por otros motivos.

Esta empresa es la mayor de Europa y la tercera del mundo en su sector, cosa que nos devuelve la esperanza de hablar con voz propia en las tecnologías cuánticas, vista nuestra ausencia de la carrera de los materiales y el hardware. Consuela saber también que IBM está asegurando que su ordenador cuántico de San Sebastián podría alcanzar los 4.000 qbits antes de 2030. Pero sobre todo el ascenso de Amadeus y Multiverse pone de manifiesto el impresionante balanceo de la innovación hacia el software de los últimos años.

La tendencia resulta muy visible en el sector que está viviendo más intensamente la confluencia del mundo físico y el digital: la automoción. Si en 2010 aproximadamente el 26% de las innovaciones en los grandes fabricantes (OEM) estaban centradas en las áreas de conectividad, ADAS (sistemas avanzados de ayuda a la conducción) e interfaces digitales, una década después el porcentaje es significativamente superior, del 55%.

Patentar software no es sencillo. En los grandes despachos especializados la rama legal suele decantarse por proteger el código por la vía de la propiedad intelectual, como una obra literaria, mientras que la rama técnica suele preferir la vía de la propiedad industrial. Uno de los recursos a los que suelen acudir las empresas es al registro de los algoritmos bajo la fórmula de lo que se conoce como verosimilitud de hardware. Es un asunto, en fin, que la regulación debería resolver con urgencia de una vez por todas.

Artículo de Forbes disponible aquí.